sábado, 6 de julio de 2013

Hoy me mimé, ya puedo seguir criando...


      Cuando tienes hijos no es fácil encontrar momentos de pareja, e incluso para un@ mism@. Y vengo de darme cuenta que es esencial para una eco-crianza consciente dedicar el tiempo justo a las cosas que más lo necesitan.

     ¿Cómo voy a dedicar a mis hij@s tiempo de calidad si no me lo permito ni a mi mism@? ¿Cómo iluminar las sombras del pasado que la crianza trae a mi presente?


   Llevo unos días sumida en un estado de "supervivencia antipática" que ha llevado a toda mi familia a vivir momentos tensos, desagradables, humanos.
     Empeñada en dejar la casa a punto, en ordenar lo desordenado, en tener el cesto de la ropa sucia a raya para poder disfrutar de la vida, no he hecho ni una cosa ni otra. Porque por más que lo he intentado la casa sigue con mil quehaceres pendientes y porque en todo ese tiempo no he disfrutado de la vida.
  
  
Con la ayuda de mi gran compañero de viaje Asier, me he tomado un descansito mientras él compartía el arenero con Aritz y Ninbe. ¡¡¡Y no he limpiado, ni ordenado ni fregado!!! Me he regalado tiempo en exclusiva para mi. Y he hecho algo que me apetecía: coser... Y después de que Ninbe ha mamado y he disfrutado de un baño con mis pequeñ@s maestros, he vuelto a tener tiempo, así que he ¡¡¡¡¡¡bailado!!!!!!
Y por si fuera poco, después de todo, con los niños ya dormidos hemos podido reir, llorar, sanar y fundirnos Asier y yo en la intimidad.

    Hoy ha sido un gran día; hoy he visto con mi tercer ojo, ese que acostumbra a estar empañado. Y quiero retener esa lección. Y quiero comprometerme conmigo misma y con mi familia. Necesito cuidarme y que me cuiden para poder acompañar a mis pequeñ@s maestr@s como cualquier niñ@ merece. Qué gran lección vinieron a enseñarme.

   
     Acompañar respetuosamente a un hij@ no es nada fácil. Hay que enfrentarse a los fantasmas del pasado y hablarles bajito para que te escuchen, y hay que escucharles. Hay que perdonarse y amarse habiendo errado. Hay que abandonar ideales impuestos para alcanzar sueños imposibles, los tuyos.

 

Por eso esta entrada de hoy va dedicada a mi madre que ayer -porque ya es madrugada- 6 de julio de 2013 cumplió 60 años. Gracias por todo, por los aciertos y los errores sin los que hoy no sería quien soy. Porque soy feliz. Y cuando lo olvido, tengo las herramientas y la compañía adecuada para recordarlo.